27.9.09

Solo algo que escribi hace algunos meses

Acabo de terminar con su vida, la mujer que tantos problemas me causo, la mujer que mas debí haber amado pero que termine odiando tanto, finalmente esta hecho, finalmente dejara de atormentarme, a mi o a alguien mas.

Capitulo 1
La sombra detrás de la puerta

Faltaban catorce minutos y trece segundos para la media noche, fue cuando la vi por primera vez, a mis catorce años dormía con la puerta abierta, pues por mucho tiempo que pasara no podía olvidar los gritos de mi madre, yo aun no sabia que la lastimaba tanto, no sabia que la hacia sufrir cada noche, fue hasta que cumplí diecinueve años que ella se sentó a platicar conmigo justamente de eso pues ella sabia que recordar esa época me había hecho actuar tan mal desde los diecisiete años, un año doscientos veintitrés días antes de aquella platica.

Años antes, a mis catorce años, en la noche a las once cuarenta y cinco con cuarenta y siete segundos la vi por primera vez, una sombra en el pasillo afuera de mi cuarto, la luz que proyectaba la televisión cambiaba constantemente, la sombra se atenuaba y se intensificaba pero seguía justo ahí, era una mujer lo sabia por que se definía bien su silueta, su pequeña cintura y sus pechos caídos, parecía muy alta y delgada con una muy mala postura, su espalda estaba demasiado torcida, encorvada; no eran los destellos de la televisión.
Muchas noches en las que no podía dormir me entretenía con los cambios de luz sobre la pared del pasillo y trataba de adivinar que es lo que estaban pasando en ese momento pues el volumen a esa hora siempre estaba totalmente silenciado, pero esto no era producto de la televisión, era una sombra, era alguien esperando en el pasillo, no era mi madre pues ella se dormía mucho antes que yo, viendo televisión hasta tarde. Cuando se quedaba dormida yo le daba un beso en la mejilla, siempre esperando que no se diera cuenta, tratando de no hacer ruido para no despertarla, me acercaba a ella lentamente, humedecía mis labios y besaba suavemente su mejilla derecha pues siempre se quedaba dormida apoyando la parte izquierda de su cara con uno de los cojines del sofá.

Quería que en sus sueños mi madre supiera lo que era incapaz de decirle mientras ella estaba despierta, lo que yo no la podía hacer sentir; lo cual no era cierto por que ella era mi madre y sin importar como actuara ella sabia cuanto la amaba hasta que cumplí los veinte años, después de eso la odiaba tanto como empecé a odiar a tantas otras personas.

Fijamente estuve mirando la sombra, esperando a que rápidamente entrara a mi cuarto; mientras observaba imaginaba como seria, si era un fantasma si su ropa era blanca o negra con una cara deformada, la expresión de sufrimiento en su carcomido rostro, pero no pasaba nada, solo veía como se movía su pecho por las lentas respiraciones; en días posteriores coordinaba mi respiración con los movimientos de la sombra de aquella mujer, pensaba que si nos conectábamos de alguna forma tal vez ella sentiría confianza y por fin entraría en mi cuarto no para asustarme y no como la había llegado a imaginar, con esa horrible expresión de llanto en los ojos y con sus gritos desgarradores confundiéndome tal vez con su cruel asesino, yendo hacia mi con el mal afilado cuchillo que mi madre utilizaba para desescamar el pescado; mas bien como una mujer cansada por esperar, sin saber que hacer, sin saber en donde se encontraba o con quien, llorando pero ese llanto de tristeza que te hace sentir mal por poder sentir el dolor la persona que se encuentra así, compasión, la deje de sentir a los veinte años, cuando empecé a odiar a mi madre y a tantas otras personas.

Justamente a las doce de la noche la televisión se apagaba, mi madre se levantaba y se iba a su cuarto, yo escuchaba como abría alguno de sus cajones, después ella empezaba a llorar, alrededor de quince minutos después se quedaba dormida otra vez, con la luz de su cuarto prendida, nunca supe ni escuche cuando se levantaba a apagarla, parecía que siempre esperaba a que yo me durmiera para hacerlo, una vez no dormí en toda la noche para saber cuando lo hacia pero al darme cuenta la luz que estaba viendo ya no era la de la recamara si no la luz tenue del amanecer que atravesaba sus finas cortinas, nunca supe cuando apagaba la luz.

Esa noche, la primera vez que vi a Dahlia; así nombre a la mujer que provocaba aquella pesada sombra por que recordé que al mudarnos era el nombre que estaba escrito sobre la puerta de mi cuarto. Supe que la casa había sido habitada por una familia pequeña y que se habían mudado por que la hija de los dueños sufría de una enfermedad y tenia que ser hospitalizada así que vendieron la casa para vivir en un departamento cerca del hospital al que la internaron, no recuerdo muy bien sus nombres, pero se que aquel nombre que estaba horriblemente escrito en la despostillada madera de la puerta no era de alguno de ellos.
La primera noche que vi a Dahlia la televisión se apago igual que siempre a las doce de la noche en ese momento pensé en mi madre, en que algo le podría pasar si se topaba con alguien en el pasillo pues en la pequeña casa solo vivíamos mi madre y yo y tropezar con un cuerpo alto y delgado no hubiera sido muy común a esa hora. Al apagarse la televisión la sombra se perdio entre toda la oscuridad pues nada mas iluminaba la casa, escuche los lentos pasos de mi madre, la escuche pasar junto a mi cuarto y abrir la puerta del suyo pero no la escuche entrar cerré mis ojos y conte al menos dos minutos de silencio ni pasos ni una caída ni gritos y mucho menos la piel y la carne de mi madre siendo desgarradas por aquel mal afilado cuchillo para desescamar fue simplemente silencio, dos minutos de silencio hasta que la sentí junto a mi, el calor que aun desprendía por haber estado acurrucada en el sofa un par de horas, sentí sus delgados labios besando mi mejilla derecha, no abrí los ojos, sabia que ella lo había hecho por que pensaba que yo dormia, nunca olvide lo que murmuro en mi oído después de aquel beso, pero fue hasta los veinte años, cuando le dije que la odiaba que entendí lo que quiso decir.

Salio de mi cuarto con el mismo sigilo con el que entro, despues la pude escuchar entrar al suyo y cerrar la puerta para prender la luz y como cualquier otro dia abrír alguno de sus cajones, ponerse a llorar y dormir quince minutos mas tarde con la luz de su cuarto encendida. Aun cuando no era mucho lo que aquella luz alumbraba en el pasillo pude ver que la sombra de la extraña mujer seguía ahí.

Bon Iver - Skinny Love

"Cut Out All The Ropes And Let Me Fall"

2 comentarios:

  1. Muy chida entrada, no publicarás la continuación?

    Saludos :)

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  2. Claro solo tengo que hacer unos pequeños arreglos, después de eso... pues a escribir por que no tengo mas pero bueno, muchas gracias Lore por tus comentarios y por leer mis IRRELEVANTES ocurrencias.

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